Algunos jóvenes tienen una percepción muy negativa de cómo se sienten antes de una competición, tanto físicamente como psicológicamente, y en particular los atletas con una personalidad ansiosa son más propensos a amplificar su agitación.
¡Esto sucede justo en los minutos que preceden las competiciones!
Si hasta un cierto nivel, para algunos profesionales y no sólo, las tensiones psicofísicas pueden expresar una condición de activación positiva del cuerpo, para los atletas que no tienen una personalidad particularmente fuerte, la ansiedad puede convertirse en miedo o pánico y comprometer todo el rendimiento. Es suficiente una señal como la taquicardia, una fasciculación, un picor o una sensación gástrica, tales como el ardor o las náuseas, y todo el talento parece desvanecerse.
Muchos entrenadores viven los partidos con mucha ansiedad y transfieren esta sensación a sus jugadores. ¿Qué implica la ansiedad que no está tratada en el ámbito deportivo? Esa implica que muchas energías disponibles no son gastadas para la competición, sino tienen que ser utilizadas para gestionar y controlar estas mismas sensaciones percibidas antes de la competición. Cuando el entrenador reconoce las dificultades y señala el problema al psicólogo deportivo, se puede tratar el jugador involucrado y utilizar la energía disponible de una manera diferente. Cuando el psicólogo analiza todo el grupo puede tratar el individuo y lo colectivo, también para reducir estas desventajas, que pueden pesar en las economías de un campeonato y de una temporada. La ansiedad puede causar daños en cualquier papel de fútbol, pero si se refiere al portero o al entrenador puede tener efectos devastadores. Si durante el calentamiento antes del partido se presenta este síntoma en el portero, sobre todo si él es muy joven, depende de la habilidad del entrenador de los porteros reconocer las dificultades y pedir ayuda al psicólogo deportivo, que interviene con el objetivo de transformar esta expresión emocional en algo positivo. Se convierte en esencial transferir al jugador la sensación de seguridad, la autoestima, la confianza en sí mismo. Entre las causas del estrés que tienen que ser gestionadas psicológicamente para no afectar el rendimiento de los atletas hay:
- El sentimiento de no sentirse a la altura: la persona ansiosa vive esta condición y cuando encuentra el mínimo error este pensamiento se convierte en una convicción. Por eso, es importante que el psicólogo le motive a dar lo mejor, gestionando también la tendencia que desgraciadamente muchos entrenadores tienen,o sea, humillar al atleta o expresar ira excesiva;
- la ansiedad de rendimiento: la victoria es decisiva, pero no debe convertirse en una obsesión y por lo tanto la derrota es parte del juego y debe ser un incentivo para mejorar;
- la gestión de la comparación: el juego debe seguir siendo un juego y como tal debe ser divertido, porque el fútbol es tal, incluso antes de ser un deporte espectacular;
- los entrenadores reactivos: muchos jugadores están ansiosos porque temen las reacciones de conducta de su entrenador y este factor aumenta el índice de error;
- la aplicación de las normas: sobre todo en el fútbol juvenil es importante transmitir el mensaje que las reglas y las autoridades de arbitraje son elementos que deben ser respetados, a los cuales expresar confianza y ninguna oposición también para asegurar el juego limpio;
- las emociones inducidas por el público: muchos jóvenes que durante el entrenamiento expresan su potencial al máximo, cuando tienen que jugar frente a un público están ansiosos porque no pueden manejar su propio emocional y es allí que se necesita un trabajo psicológico específico.
Autores:
Paolofabrizio De Luca
Procurador - Agente de Futebolistas FIFA
Psicólogo Deportivo, Entrenador Mental y Motivador
Alan Bellatore
Entrenador
S.S.Maceratese 1922
